¿Halakhah cambia? ¿Cuál es el estado de los actos que se vuelven prohibidos?

Dentro del discurso ortodoxo, existe una fuerte tendencia a ver la halakhah (ley judía) como inmutable. Por lo tanto, si un fallo legal cambia, puede atribuirse a un cambio en las circunstancias o el contexto. Si una ley específica parece ser nueva o diferente que en el pasado, generalmente se entiende como una mera nueva aplicación de leyes más amplias existentes.

Si una ley más amplia cambia, todavía se ve como fundada en principios inmutables. La teología subyacente es que la halajá es lo suficientemente flexible como para lidiar con la vida real, mientras que la palabra divina y la Torá son eternas.

Además, los pensadores ortodoxos pueden suponer que los humanos son falibles y solo pueden hacer todo lo posible para articular la verdad divina.

(En el judaísmo conservador, las teorías son bastante similares. Pero difieren en su comprensión de los principios correctos, incluidas las restricciones interpretativas, y su designación de autoridades interpretativas, es decir, rabinos).

En su ejemplo (“El rabino A dijo esto, pero el halakhah no está de acuerdo con él”), no hay necesidad de asumir un cambio en el halakhah básico. El rabino A podría haber sido votado y nunca haber seguido su propia opinión. O podría haber sido una situación en la que la halakhah permite diversas prácticas.

La noción de inmutabilidad de halakhah puede dejar abierta la posibilidad de discreción judicial y diversidad, es decir, múltiples, incluso prácticas conflictivas pueden ser aceptables.

Sin duda, una visión histórica no religiosa considera que la ley judía cambia según los entendimientos y las elecciones humanas. Los pensadores judíos devotos pueden ver estos cambios históricos como totalmente consistentes con los principios halájicos.