La historia en el Corán es idéntica a la historia en el Antiguo Testamento. La diferencia es que en el Corán no se mencionó el nombre del hijo. De hecho, los musulmanes consideraron que el hijo era Isaac. Los historiadores musulmanes dicen que fue Isaac. Fue solo después del siglo X que un historiador tuvo la idea de que ese hijo debería haber sido Ismail y no Isaac. Solo después de que los historiadores musulmanes comenzaron a escribir que era Ismail. Lo que ayudó en la reelaboración de esta narrativa en la tradición islámica es también la fabricación del significado del “templo sagrado” (المسجد الحرام) destinado en el Corán para referirse al templo en Jerusalén, a Kaaba en La Meca. Entonces toda la historia fue transferida de Jerusalén en Palestina a La Meca en Hejaz. En el Corán tampoco hay referencia a dónde había ocurrido esta historia, por lo que facilitó la fabricación de la historia.
En conclusión, no hay ninguna contradicción en esta historia entre el Corán y el Antiguo Testamento. Los musulmanes más tarde durante la era abasí corrompieron esta historia al corromper muchas otras cosas.