Es inútil adorar a Dios con la intención de obtener recompensas o favores. El término “soborno” significa una actividad negativa y, por lo tanto, vincularlo con Dios es ilógico.
Creo que las recompensas y los sufrimientos morales no son obra de un ser divino, sino el resultado de un orden moral innato en el cosmos; Un mecanismo autorregulador por el cual el individuo cosecha los frutos de sus propias acciones a través del funcionamiento de los karmas.
A pesar de haber dicho eso, creo que la adoración tiene otros propósitos. Algunos de los cuales son:
- Mejora el estado espiritual del adorador.
- El mismo acto de adoración produce purificación espiritual, en lugar de ir al gimnasio mejora el cuerpo.
- Puede destruir el mal karma unido al alma.
- Proporciona un enfoque para la actividad espiritual.
- Reconoce la divinidad inherente del adorador.
- Le recuerda al adorador el ejemplo de vida que quieren seguir.
- Más importante aún, ayuda a uno a desprenderse de los asuntos mundanos y a enfocarse en la presencia divina. Esto ayuda a aumentar el amor por Dios y, por lo tanto, la elevación espiritual.
- Forma de meditación