Esta pregunta puede reflejar lo que hoy se conoce comúnmente como “ocultamiento divino”. En su libro emblemático, Divine Hiddenness and Human Reason (1993), JL Shellenberg afirma que si hubiera un dios, no habría ninguna creencia inculpable, ya que Dios, amoroso y afectuoso, intervendría oportunamente y proporcionaría a los buscadores honestos evidencia suficiente por su existencia Sin embargo, dado que siempre hay una considerable cantidad de no creencia entre los verdaderos buscadores, uno concluye que no hay dios.
En respuesta, debe señalarse que aunque la profecía ha llegado a su fin y el Profeta Muhammad (PBUH) es el sello de los profetas, la relación entre el Cielo y la tierra no está completamente rota. En primer lugar porque, según el Islam chiíta, aunque no hay espacio para ningún profeta, el imán o Hujjatullah siempre están al alcance humano, sirviendo de puente entre Alá y sus siervos. En segundo lugar, el contacto directo es necesario solo cuando eres inmaduro y no entiendes otros idiomas, incluidas las implicaciones, pero cuando eres lo suficientemente maduro como para comprender a las personas de sus acciones y acciones, y mucho menos sus palabras, no hay necesidad de contacto directo. En tercer lugar, quien dice que Allah está escondido. Él es muy manifiesto y visible. Simplemente quite la cubierta que se proyecta en su visión a través de los pecados repetidos, descubrirá que Allah está muy cerca de usted, más cerca que incluso su vena yugular como lo pone el Corán del acebo.