No he sido educado sin haber sido presentado al concepto de Dios, pero mis padres fueron bastante liberales en este asunto. Nuestra rutina no tenía nada que ver con Dios o la mitología, aunque sí recibí una sana educación de valor moral en casa.
Soy agnóstico, por lo que todo lo que creo es en mí mismo:
- No tengo que poner mi fe en Dios para hacer mi trabajo o bendecirme, lo hago por mí mismo.
- Puedo comer cualquier alimento (vegetal o carne), independientemente de mi religión en los papeles.
- Puedo respetar todas las religiones y también juzgarlas sin prejuicios.
- Cuando la gente habla de Dios, me parece muy interesante. El mundo entero, o la mayoría ha puesto su fe en algo tan místico, tan fácil, que casi parece una conspiración.
- Nunca me provocan cuando las personas hablan de religión, porque nunca dejo que nada, incluso un poco vago, tenga un impacto en mi mente.
- Tengo muy pocas expectativas del mundo.
- En mi opinión, no existe un milagro.
- Lo más importante, estoy libre del miedo al cielo, al infierno o lo que sea que esté más allá. Aunque, el tema me interesa mucho.