Me gustaría señalar que si hace esta pregunta como protestante, o desde una definición protestante, entonces esta es la gran diferencia:
Cuando un protestante dice que está “salvado” se está refiriendo (incluso si no se da cuenta) a tres cosas separadas en la fe católica:
- Redención – Esto es lo que Nuestro Bendito Señor logró en la cruz. Su muerte en la cruz redimió a toda la creación y a todos los hombres, mujeres y niños que alguna vez vivieron.
- Justificación: este es un proceso, es un evento único cuando se bautiza, pero luego debe continuar siendo justificado durante toda su vida.
- Todo lo cual lleva a la salvación. “Salvado” ESTO se conoce como el juicio particular. En el instante en que alguien muere, se paran ante Nuestro Bendito Señor y son juzgados. Y saben, en ese instante, si son dignos de entrar al cielo, o se arrojan al infierno por toda la eternidad.
Si son dignos del cielo, entonces en ese instante, se guardan.
Pero creo que está preguntando cómo se justifican y cómo usan el término protestante para lo que llamamos justificación.
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- ¿Es el agnosticismo una elección?
- ¿Qué dice la Biblia sobre la condenación y el pecado eternos?
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Somos justificados, primero a través del bautismo, que lava todo pecado hasta ese punto, y lava todo castigo temporal debido al pecado.
Luego, desde el resto de nuestra vida, somos justificados al recibir la gracia santificante de Nuestro Bendito Señor en la Eucaristía, y al cooperar con ella haciendo lo que Dios nos ha pedido: vivimos una vida moral siguiendo los mandamientos, amamos a nuestros hermanos y hermanas. Tenga en cuenta que en el catolicismo, “amor” NO es una emoción o un sentimiento. Amar es desear el bien del otro por el amor de Cristo. Esto se llama caridad, en la Iglesia Católica, para distinguirla de la forma en que la palabra “amor” se usa en el inglés moderno.
Por lo tanto, debe tomar su cruz todos los días y seguirlo; necesita llevar a otras personas al cielo, porque si no está ayudando a otros a llegar allí, corre el riesgo de no meterse en usted mismo.
Finalmente, tenemos confesión para cuando pecamos. Si morimos en la gracia de Dios, entonces somos salvos. Si morimos con un pecado mortal en nuestra alma, entonces estamos condenados. El pecado mortal implica amar algo que no sea Dios, generalmente a nosotros mismos.