Poner tu ‘destino’ en manos de Dios no significa que estés absuelto de la resposubilidad. Dios no es un maestro de marionetas.
Cuando verdaderamente te conviertes en cristiano (y no solo lo estás atendiendo), “ser tú mismo” se convierte en algo diferente. Si eres serio en tu decisión, entonces al menos deseas desear intentar vivir a la manera de Dios. Te equivocarás porque eres humano y te enfrentas a las tentaciones diarias, pero Dios se convierte en el foco que te hace superar a la mayoría de ellos si te mantienes enfocado. Lo he visto suceder más de una vez. ‘Tú mismo’ se convierte en un ‘tú mismo’ diferente. Un hombre con el que solía trabajar dejó de consumir alcohol y tabaco para convertirse en cristiano. Apenas lo anhelaba más y hasta el día de hoy no ha vuelto a ninguno. Quince años después se convirtió en pastor laico en una pequeña iglesia. Verdaderamente convertirse en un seguidor si Dios te hace ‘a ti mismo’ diferente. Tal vez no siempre de manera obvia como el tipo que mencioné pero por dentro. Pero aún eres responsable de tus propias decisiones. Dios no es un policía. Dios está muy involucrado en la responsabilidad persinal de sus propias elecciones. Si se le permite, Dios lo guiará, le dará alternativas, le dará una salida, pero la decisión de aceptar esas cosas aún depende de usted. Si te equivocas eso está en ti, no en Dios.