Creo que la pregunta destaca algunas experiencias interesantes, incluso experiencias reales, pero esa experiencia general se ajusta a la narrativa mucho más amplia del cristianismo.
La causa raíz de esa repugnancia es el pecado, la idolatría y la rebelión humana contra Dios.
Dios nos dio libre albedrío. Es en ese contexto que podemos decidir mejorar la situación o pecar.
Desde el Jardín del Edén, los humanos han cometido errores que trajeron el mal al mundo. Entonces, son los humanos, no Dios, la causa principal de este problema. Culpar a Dios es un acto de desviación de nuestra propia culpa. Este es un acto muy humano. La desviación y la negación son formas en que los humanos se engañan a sí mismos, de ahí proviene la palabra racionalizar. La gente racionaliza su propio mal.
- ¿Crees que Dios te ama?
- Ya que Dios es todopoderoso, ¿qué gana él de nuestro universo? ¿Qué pueden enseñarle los humanos y otra vida inteligente?
- ¿Orar a Dios realmente funciona? Si no es así, ¿por qué es una forma tan popular de salir de cualquier situación?
- ¿Quién es el verdadero Nirgun Brahman?
- ¿Crees en un creador del universo (no necesariamente un Dios basado en la religión)?
De hecho, son las fuerzas del mal las que distorsionan la situación de tal manera que existe la confusión. Nuestra incapacidad para comprender la verdad es, en última instancia, sobre el mal.
¿Preferirías ser un robot o preferirías tener el mal? Ser un robot significaría no pensar ni elegir. Dios se dio cuenta de que todo lo que tiene sentido y propósito proviene de la elección y el libre albedrío. John McDowell ayuda a aclarar:
Por supuesto, Dios podría haber creado un mundo sin libre albedrío. Podríamos haber sido “programados” para hacer el bien y adorarlo perfectamente. ¡Qué agradable sería la vida! Sin embargo, en un mundo sin opciones, el verdadero significado de “Te amo” se perdería. La capacidad de amar a los demás es nula y sin sentido sin el poder de elegir. Dios quería que experimentemos la realidad de elegir amarlo. Junto con ese regalo, Dios sabía que el gran riesgo era la posibilidad del mal. Nuestra responsabilidad de actuar sobre esa posibilidad recae en nosotros, no en Dios.
Entonces Dios hizo posible el mal, pero los humanos lo hicieron real.
Fuente: ¿De dónde vino el mal? – Josh.org