Como cristiano, ¿cómo luchas contra la pornografía?

La pornografía es un tema muy complicado. No soy cristiano ni beibeilive en nada, pero una vez fui adicto al porno.

Es bastante fácil dejarlo, pero todo depende de ti, depende de lo mucho que quieras que salga de tu vida y de lo mucho que estés dispuesto a luchar para que esto suceda. Al principio sentirá la necesidad de verificarlo de vez en cuando, lo que debe hacer es simplemente no cumplir con esa tarea. También necesitará un objetivo o una razón sobre por qué no mirar pornografía. Veo que ya tiene una razón en la cual es la fe (“fe” es una razón muy fuerte y útil), pero también puede agregar otras razones. Por ejemplo, su familia, su salud mental, su salud física, o simplemente no quiere que sea parte de su vida; Son razones valiosas.

También puede, si es demasiado difícil, encontrar un reemplazo para él. Tal vez pueda reemplazarlo con sexo (respetuosamente; en su caso, sexo marital), o tal vez obtener un pasatiempo como: pintar, cantar, dibujar, tocar un instrumento u otras cosas de su agrado. Solo encuentra una manera de sacar tu mente de eso.

Para concluir, realmente depende de tu entusiasmo por luchar contra la pornografía. Lo hice porque me enfermé y me cansé de perder horas de mi vida mirando pornografía sin razón absoluta; Maté mi adicción, pero no me malinterpreten, no tengo nada en contra de la pornografía y, de hecho, algunas veces todavía la veo por placer o por problemas de salud (PS. Prevención del cáncer de próstata), es bueno saber que no constantemente siento que lo necesito.

Como cristiano, uno debe saber que existen causas mucho más valiosas por las que luchar que gastar la energía en luchar contra la pornografía.

Hay personas que tienen hambre, hay personas que sufren porque no pueden pagar la atención médica, hay niños que carecen de protección y amor. Los hombres codiciosos usan la religión y explotan a otros para enriquecerse.

Casualmente, esas son las cosas con las que Jesús se ocupó. Lee los Evangelios y sabrás cuáles deberían ser tus prioridades.

No desperdicies tus energías donde tu Salvador no desperdició las Suyas.
Vive una vida casta, sé un ejemplo de amabilidad, generosidad y modestia. Sé un crédito para tu fe.