¿Tenemos derecho a la verdad?

Si tuviéramos derecho a la verdad, naceríamos, viviríamos y moriríamos sabiendo la verdad. En todo momento, sobre todo, con suficiente capacidad cerebral para comprender y almacenar toda la información proporcionada. Los derechos no son derechos si son enajenables. La misma lógica se extiende a todo lo demás, por lo que los derechos en realidad no existen.

Sin embargo, si abandonamos la semántica, creo que el privilegio legalmente protegido de la verdad solo debería extenderse en la medida en que su provisión o censura afecte los intereses de aquellos a quienes legalmente se jura proteger. Por ejemplo, el líder de su país debe estar obligado a proporcionar tanta verdad sobre sus actividades como sea posible, ya que la mayoría de sus actividades se refieren al bienestar del país. Sin embargo, el tipo que engaña a su novia no debería estar obligado a decirle eso, porque la extensión natural de esa lógica sería un estado policial al estilo de 1984, que es infinitamente peor sin importar cómo lo corte.

Podríamos argumentar únicamente en términos de “la gente debería conocer mágicamente la verdad y en qué medida”, pero la magia es aburrida porque no tiene consecuencias reales y, por lo tanto, no da motivos para el debate.

¿En qué epistemología basaríamos tal ethos? Si decidimos “la verdad” y usamos nuestra concepción de la misma para establecer una definición de derechos que incluya el derecho a comprender la identidad y la causalidad, entonces sí. Sin embargo, tal definición de verdad sería, por supuesto, arbitraria: no podría ser la Verdad, sino simplemente nuestra verdad.

Nuestra definición de la Verdad se define por nuestra definición de la misma. A partir de esa confianza autorreferencial en la razón, establecemos todos los marcos que proporcionan nuestros fundamentos. Frustrantemente, no hay un Begriffsschrift a nuestro alcance que pueda servir como el guión de la Ley Absoluta que implica esta pregunta.

La pregunta es demasiado vaga, por lo que la respuesta es no. Lo único a lo que realmente tiene derecho es a sus propios pensamientos; después de todo, ese es el único derecho que nadie puede infringir. En lo que respecta a la verdad, usted es responsable de descubrirlo.

No.

Eso nunca ha sido un “derecho” en ninguna cultura humana. Y dado que la verdad misma es subjetiva en todo lo que está fuera de STEM, nunca sucederá.

Pobre de mí.