No tenemos documentación real sobre los inicios del cristianismo, así como tampoco tenemos documentación real sobre los inicios del hinduismo, el islam, el judaísmo, el budismo, etc. Los creyentes en cada tradición nos darán cuentas basadas en textos religiosos. Tales textos, ya sea la Biblia hebrea, el Nuevo Testamento o el Libro de Mormón (una invención totalmente moderna) no deben tomarse en serio como fuentes históricas.
Los estándares de evidencia históricos o legales no pueden aplicarse a obras de ficción. Esto es cierto para novelas, obras de teatro o textos religiosos. Aquellos que no se dan cuenta de eso están condenados a decepcionarse. Después de 150 años de la llamada “arqueología bíblica”, no se ha encontrado evidencia de las historias de Adán y Eva, Abraham, Moisés, el Éxodo, el Rey David, el Rey Salomón, Jesús, etc. No se ha encontrado evidencia de Krishna, o Buda, o Osiris, o Zeus, o Zoroastro, así que estás en buena compañía.