Dios no tiene cuerdas vocales y, sin embargo, el Dios de la Biblia se revela como el gran comunicador. Dios habló a diferentes personajes a lo largo de la historia bíblica, instruyendo a Noé cómo construir un arca y revelando la verdad sobre Jesús a Pablo antes de conocer a los otros apóstoles. Dios le habló a Abraham a través de las estrellas en el cielo y la arena en la playa, a José a través de los sueños, a Moisés y al faraón egipcio a través de una serie de signos inusuales, al niño Samuel muy directamente mientras trataba de dormir. La implicación de estas historias es que podemos esperar que Dios nos hable. De hecho, Jesús prometió lo mismo al decir de aquellos que confían y lo siguen que aprenderán a conocer su voz.
¡Los cristianos a través de los siglos que han escuchado a Dios hablar no han experimentado algún tipo de voz resonando desde el cielo sobre ellos! Más bien Dios habla a través y dentro de nuestras mentes, a menudo a través de pensamientos que parecen ser nuestros, pero que de alguna manera parecen ser distintos a los nuestros. Es bien sabido que la mente humana conversa consigo misma y algunas personas con buena salud mental experimentan su conversación interna en términos de personajes que tienen voces distintas. Aunque la voz de Dios no es así para muchos, la psicología de la conversación interna ilustra una forma importante en que Dios habla con las personas. Tal visión de Dios implica que, lejos de estar lejos de nosotros, él está más cerca de nosotros que nosotros de nosotros mismos.
Nuestro mundo está lleno de voces, llegando a nosotros desde las corrientes sociales entre las personas que conocemos y los medios de comunicación. Discernir la voz de Dios de las muchas otras voces que nos rodean no es fácil porque Dios habla en voz baja y suave y nunca agresivamente. Los cristianos creen que Dios ha revelado quién es y de qué se trata más plenamente en la persona de Jesús. Así, el Jesús del Nuevo Testamento ofrece un estándar objetivo para ayudarnos a discernir si lo que estamos escuchando es de Dios o no. A medida que conocemos a Jesús y reflexionamos sobre sus palabras y hechos, comenzamos a desarrollar un sentido del tipo de cosas que Dios nos comunicará. Aprender a reconocer la voz de Dios lleva tiempo e incluso cuando creemos que sabemos que es importante evaluar lo que escuchamos por nuestra comprensión de la Biblia. Sin embargo, la experiencia de muchos cristianos es que Dios les habla y los alienta a través de la oración y de otras maneras, enriqueciendo así sus vidas.