No, de hecho, muchas iglesias hacen esto a propósito, por dos razones.
- El ego del pastor / personal. Algunas personas piensan que tener más miembros de la congregación te hace más importante o más exitoso. Curiosamente, Jesús nunca se jactó de cuántos discípulos tuvo. Prefería tener un “pequeño rebaño” lleno de ovejas poderosas como Peter, James y John. Si su pastor se jacta de lo grande que es su iglesia, es hora de comenzar a enviar personas en lugar de traerlas.
- Algunas personas simplemente piensan que su denominación / iglesia / teología es mejor que otras, por lo que quieren que las personas “se pongan de su lado” o corrijan algún tipo de error. Las personas que creen que esto es peligroso para la fe cristiana, porque prefieren tomar que dar. Las relaciones de cooperación entre iglesias deberían ser la norma más que la excepción.
No hay nada en la enseñanza cristiana que afirme que es mejor traer a un grupo de personas y contar sus números. Por el contrario, el objetivo es salir al mundo con alegría y paz. Las personas que juegan el juego de los números en su iglesia son, honestamente, líderes terribles con prioridades equivocadas. Deben corregirse de inmediato. A tal líder, le digo: “Jesús reunió a sus discípulos en una montaña y les dijo que fueran a todas las naciones, pero no les dijo que llevaran a todas las naciones a la montaña”.