La felicidad o la infelicidad es un estado mental. La religión no es definir la felicidad o guiar a uno hacia la felicidad. El propósito de la religión es guiarnos hacia una vida equilibrada, que es que nos esforzamos por la realización en la vida mientras nos preocupamos por los demás también, la paz en los asuntos personales y sociales y para que podamos obtener el perdón en el Más Allá.
Una persona puede ser feliz con el éxito, como lo serán los creyentes el día del Juicio. Otra persona puede estar feliz de lastimar a alguien más, como lo están los trolls de Internet después de maldecir a una celebridad, una figura religiosa o un político.
Aprendemos del Corán que Allah da esta vida como una felicidad limitada en la tierra. Es una parte temporal en nuestra vida. El verdadero éxito y la felicidad serán cuando un alma es perdonada en el Más Allá y se le concede el paraíso.
La religión impone muchas obligaciones sobre el comportamiento, la moral, las relaciones, la indulgencia y busca frenar el ego mediante la represión de la ira, la codicia, la envidia, la lujuria, la falsedad, etc. Así, un creyente se siente atrapado y encuentra este mundo como una prisión, como se expresa en el siguiente Hadith.
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Abu Huraira informó: El Mensajero de Allah, la paz y las bendiciones sean con él, dijo: “ El mundo es una prisión para el creyente y un paraíso para el incrédulo. ”
Fuente: Ṣaḥīḥ Muslim 2956
Grado: Sahih (auténtico) según musulmán
En este mundo necesitamos hacer muchas cosas. Sacrificamos nuestra riqueza y tiempo para hacer felices a otras personas. Es posible que no recibamos gracias por eso. Por el contrario, una persona que llama a otras personas al camino de la virtud puede ser ridiculizada o atacada. Algunas personas que lucharon por la justicia para otros seres humanos son atacadas y a veces asesinadas. Esta vida mundana está llena de luchas y compromisos. Cuando aceptamos esta lucha como voluntad de Dios y lo hacemos por el bien de Él, también obtenemos paz en su vida. Tenemos menos preocupaciones ya que confiamos en que Alá se encargará de ellas. Un creyente puede no estar de fiesta todo el tiempo, pero también tiene menos preocupaciones y casi ningún arrepentimiento en la vida porque cree que Allah le da lo que es bueno para él. Busca protección contra el mal, Satanás, las preocupaciones y la tristeza, en lugar de una vida llena de indulgencia o celebraciones. Todo esto lleva a la felicidad eterna y al éxito en el Más Allá.