Cometer pecados, lo cual no es bueno, no te lleva al infierno.
Los pecados están “perdiendo la marca”. Un pecado es una acción que, si se pensara y se considerara adecuadamente, no se habría realizado. Sin embargo, hacer algo pecaminoso te haría tener una mala conciencia. Y eso llevaría a uno a hacer algo al respecto.
Son las transgresiones las que te llevan al infierno. Una transgresión es una acción que se realiza deliberadamente, violando la justicia y sin tener en cuenta a los demás. Lo hace una persona que no tiene empatía ni respeto por la Justicia y la Ética. Para hacer una transgresión tienes que tener una conciencia oscura y más probablemente muerta. Y esta es la clave.
Una conciencia muerta significa que se baja la conciencia del alma. El alma es inconsciente de otras almas / otras personas. Así se desconectan.
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Con cada transgresión, la conciencia del alma (es decir, el ser consciente) se reduce cada vez más. Finalmente, el ser consciente ha llegado al final del camino, lo que significa que tiene el nivel más bajo de conciencia. Así terminan en el infierno. El infierno es una existencia en el olvido eterno.
Si cometes pecados y no reconoces las malas acciones, no te arrepientas y no repares, entonces estás oscureciendo tu conciencia. Al seguir este camino, eventualmente comenzarás a hacer transgresiones porque estarías ignorando tu mala conciencia por los pecados que has cometido y, por lo tanto, amortiguarás tu conciencia. Apagar la conciencia es cruzar el abismo desde donde no hay retorno. Estarías en el camino al infierno.