A lo largo de la historia, los grupos de personas han sido discriminados en varios países por ser diferentes de la mayoría por cualquier motivo, desde raza, religión, secta, color, origen étnico o idioma. Cuando esta percepción alcanza un cierto umbral, los miembros activos de este grupo comienzan a agitarse, lo que finalmente se vuelve violento e incluso militante si sus quejas no se resuelven. Para obtener el apoyo de la mayoría silenciosa de su grupo, recurren a su manipulación emocional para la cual utilizan muchas tácticas. Incitarlos sobre sentimientos religiosos es la forma más fácil; De ahí el uso del Islam por parte de los grupos de musulmanes descontentos en varias partes del mundo.
Curiosamente, a veces la mayoría siente que una minoría particular en el país está obteniendo la mayor parte del ingreso nacional debido a ciertas razones históricas y comienza a perseguirlos. También recurren a esta manipulación emocional de su propio pueblo y los incitan a la violencia contra la minoría. Vea el conflicto entre los tutsis y los hutus en este contexto. El antisemitismo también tiene mucho que ver con este tipo de percepción.