¿Por qué tantas personas van a la iglesia pero nunca ven el poder en sus vidas?

Jesús respondió a esta pregunta en las Bienaventuranzas.
“Bienaventurados los puros de corazón porque ellos verán a Dios”

El “corazón” del que habló Jesús no es su corazón físico, sino el lugar místico donde sus acciones, emociones y lógica se encuentran en su personalidad. Ahora muchas traducciones traducen lo “puro” como “santo” y realmente es un doble sentido aquí, ya que Jesús estaba hablando arameo y no realmente griego en este momento. (En griego no hay poesía, pero en arameo no hay duda de que las bienaventuranzas eran de naturaleza poética … sin decir que esto tampoco es lo que Jesús literalmente quiso decir)

Ser “santo / puro” de corazón es ser resuelto para bien y para Dios, todo al mismo tiempo. Estar todo consumido con este deseo. Hay pocas personas con este tipo de afección cardíaca.

Para la mayoría de las personas, Dios parece estar bastante ausente. Parece que hay pecados y pecadores enloquecidos por todas partes y Dios no hace nada al respecto. Comienza como no ser expulsado por un delito menor (en sus mentes) y creciendo y creciendo en una oposición abiertamente flagrante. (El corazón también es el más engañoso) Las personas, por cualquier razón, toman la misericordia, la gracia y el perdón de Dios como una licencia para hacer lo que quieran mientras todavía andan con Su nombre unido a sí mismos.

La verdad es radicalmente diferente. Para aquellos que son puros, santos, apasionados de corazón, los cielos siempre declaran la majestad y la maravilla de Dios y Dios no está en silencio o ausente en absoluto. Dios lo sabe todo y lo ve todo. Estos impíos de corazón también están buscando señales y maravillas sobrenaturales cuando aquellos de nosotros que conocemos a Dios sabemos que Dios es más que capaz de usar el mundo natural que creó para realizar milagro tras milagro con un tiempo que es absolutamente impresionante.

Por la misma razón, la mayoría de las personas saben cómo mantenerse saludables a través del ejercicio y la dieta. No se trata de lo que sabemos sino de lo que hacemos como personas de fe. El poder de la fe proviene de vivir una vida llena de fe y conectada por Dios, no de “saber” acerca de la fe o pasar el rato en la casa club. El acto de ir a la iglesia no tiene sentido a menos que uno invierta en adoración personal y corporativa y en el desarrollo del discipulado personal.

Las personas van a las iglesias para inspirarse y ganar fuerza para enfrentar las dificultades de la vida. Ir a una Iglesia no proporciona ningún poder, sino que te muestra el camino correcto para seguir la bondad y potenciar tu vida para llevar una buena vida. Puede referir a esta Ministra de la Iglesia, Yorba Linda, para saber más acerca de cómo ir a las iglesias puede ayudar de muchas maneras.