Según el Corán, el primer hombre en la tierra también fue el primer Profeta. Y después de eso, para cada nación ha habido un Profeta divinamente designado que les traería el mensaje divino inherentemente único. Puede haber una lectura de la historia coránica de la religión que sugiera una especie de desarrollo histórico de la misma religión divina. El Corán informa algunas de las historias de algunos de estos Profetas y la forma en que superaron los desafíos y obstáculos que estaban allí. Los detalles son diferentes, pero el patrón principal permanece igual en casi todos ellos. Los profetas comienzan sus misiones desde círculos cercanos y fueron desafiados por la estructura social-política de la época, y con muchas dificultades para lograr ganar popularidad y liderar alguna forma de reforma social-política. El Corán habla sobre desarrollos posteriores en las tradiciones religiosas y cómo los llamados eruditos agregaron u omitieron ciertas partes de la religión divina para ajustarse a sus intereses.
Según el Islam chiíta, la tierra no estará vacía de un profeta divino o de su verdadero sucesor en todas las épocas. Él es el humano perfecto que mantiene y realiza la religión divina original, sin distorsiones, y dirige la comunidad de creyentes de la época.