Esencialmente, la mayor diferencia es que la Conciencia Negra era un movimiento no violento con credibilidad legítima de los derechos humanos, mientras que la ideología nazi estaba comprometida con la violencia, el poder estatal absoluto y el militarismo agresivo.
La ideología de Hitler se desarrolló como respuesta a la humillación de la Primera Guerra Mundial. Se caracterizó por el orgullo racial, el poder militar, el nacionalismo y la calumnia contra judíos y comunistas como chivos expiatorios de todos los problemas alemanes. Desde el principio no rehuyeron la violencia. Hitler y los nazis eran absolutamente despiadados, parecidos a gángsters e impulsados por la lujuria del poder absoluto. Hay innumerables ejemplos de esto, por ejemplo, la Noche de los cuchillos largos de 1934. Su ideología exigía la sumisión del estado, además de Hitler personalmente. La ideología nazi buscaba el control totalitario sobre prácticamente todos los aspectos de la vida cultural y personal alemana. La disidencia no fue tolerada, y se reprimió con dureza. Su propaganda era engañosa e insidiosa, cambiando a lo que fuera apropiado para el liderazgo. El propio Goebbels proclamó que “cualquier mentira, repetida en voz alta y suficientes veces, se convierte en verdad”.
Este Movimiento de Conciencia Negra se desarrolló como una resistencia a la política del apartheid, que caracterizaba a los Negros como una raza inferior, y colmó de ellos muchas indignidades. Pidió libertad de expresión y más derechos para los negros sudafricanos, así como el orgullo negro y las organizaciones negras sin disculpas. Es importante destacar que el grupo definió el negro para incluir a otras “personas de color” en Sudáfrica, especialmente la gran cantidad de sudafricanos de ascendencia india. El movimiento agitó a muchos negros para enfrentar no solo las realidades legales sino también culturales y psicológicas del apartheid. Steve Biko y el movimiento de conciencia negra fueron campañas no violentas y nunca abogaron por el uso de la violencia.