¿Cuál sería su respuesta a la pregunta ‘Quién eres’?

¿Quien? Quién es sino la forma que sigue la función de qué y qué soy yo es un hombre con una máscara.
Pero en esta noche tan auspiciosa, permítanme, en lugar del sobrenombre más común, sugerir el carácter de esta persona dramática. Voila! En vista del humilde veterano vaudevillian, elegido vicariamente como víctima y villano por las vicisitudes del destino. Este rostro, no una simple capa de vanidad, es un vestigio del “vox populi” ahora vacante, desaparecido. Sin embargo, esta visita valiente de una veja pasada se ha vivificado y ha prometido vencer a estas alimañas venales y virulentas, van a proteger el vicio y responden a la violación violentamente viciosa y voraz de la volición.
El único veredicto es la venganza; una venganza, sostenida como un voto no en vano, por el valor y la veracidad de tal, algún día reivindicará al vigilante y al virtuoso.
Verdaderamente, esta vichyssoise de verborrea vira más detalladamente, así que permítanme simplemente agregar que es un gran honor conocerlo y me pueden llamar V.