Una teocracia es un gobierno dirigido por Dios.
Asumiendo que Dios es la fuente de toda bondad, ¿quién no querría un gobierno perfecto? Sin corrupción, solo buenas decisiones, el mal sería expulsado, etc.
Como es habitual, “el diablo está en los detalles”. Algunos de estos detalles pueden incluir:
- ¿Dios mismo tiene que gobernar, o es una persona dirigida por Dios lo suficiente?
- Suponiendo una falta de presencia observable, ¿cómo convencemos a los demás de que la persona, de hecho, está recibiendo la dirección de Dios y no solo lo dice?
- Si no está de acuerdo con las acciones o reglas de la teocracia, ¿qué recurso tiene?
Personalmente, como cristiano, creo que Jesucristo regresará en gran gloria y gobernará personalmente en la Tierra. Además, cada rodilla se doblará y cada lengua confesará que él es el Cristo, el salvador de toda la humanidad. En estas circunstancias, su gobierno sería absolutamente justo e indiscutible.
- Como ateo, ¿a quién o qué debería estar agradecido por mis bendiciones?
- ¿Es la religión solo una táctica de miedo para controlar a las masas?
- ¿Es el plan de Dios para nosotros más fuerte que nuestra fuerza de voluntad?
- ¿Cuáles son los motivos ocultos que hacen que las personas busquen una religión?
- ¿Deberían otorgarse a los movimientos religiosos fundamentalistas sus propios estados?
Estoy menos entusiasmado con las teocracias iniciadas por hombres que reclaman dirección celestial. Creo que el sistema de gobierno de los Estados Unidos, una república constitucional, es lo mejor que podemos tener actualmente.