Según la Biblia, todo nuestro ser se compone de tres ‘partes’, el cuerpo, el alma y el espíritu.
Nuestro cuerpo es la casa del espíritu y el alma. Nuestro cuerpo es carne y mortal, muere.
Nuestro espíritu es el ‘hombre interior’, la parte espiritual de nuestro ser. Nuestro espíritu es inmortal y vive para siempre después de que nuestro cuerpo muere.
Nuestra alma es la vida misma que Dios nos ha dado, después de que morimos el alma o ‘aliento de vida’ de Dios, regresa a su dueño, que es Dios.
- ¿Estamos en el purgatorio?
- ¿Las personas que no creen en una vida futura nunca perdieron a alguien que importa?
- ¿Habría disturbios, asesinatos en masa o suicidios en todo el mundo si los científicos pudieran probar algún día que existe la otra vida? ¿Qué pasa si en uno de sus hallazgos, no encuentran evidencia del infierno o algún tipo de juicio allí?
- ¿Cómo sabemos que hay un más allá?
- Si el purgatorio no es cierto, ¿qué pasará con nuestro espíritu después de la muerte? Sabemos que Jesús vendrá pronto para juzgar a los vivos y a los muertos.
Dado que los humanos mueren debido a la maldición de la muerte (después de que Adán y Eva comieron el fruto prohibido), nuestro espíritu eterno es inmortal y no puede morir.
Dependiendo de nuestras elecciones que hayamos hecho durante nuestra vida terrenal en la tierra, nuestro espíritu vivirá eternamente en la presencia de Dios o estará separado de Dios eternamente.
El cielo es la morada de Dios y las personas que entregaron su vida a Él durante el curso de su vida mortal, vivirán para siempre con Él en el Cielo.
Aquellos que rechazaron una relación con Dios y no lo conocieron, serán eternamente separados de Él en el Infierno para siempre.
Dios no envía personas al infierno. Tenemos la libertad de elegir dónde queremos terminar.