La perspectiva islámica sobre las discusiones y debates está consagrada en el Corán mismo.
- Invite al camino de su Señor con sabiduría y buena instrucción, y discuta con ellos de la mejor manera. (Corán 16: 125)
El Profeta Muhammad (s) tuvo frecuentes discusiones religiosas con miembros de las religiones judía y cristiana, así como con aquellos que eran ateos y politeístas. Con la guía de Dios, él (s) pudo presentar argumentos de una manera que apelaba a las creencias y modos de pensar de quienes estaban frente a él.
Tanto los lectores musulmanes como los no musulmanes de esta respuesta pueden suponer, aunque por diferentes razones, que estos registros de debates en la tradición islámica deben terminar mostrándolos a todos convirtiéndose al Islam.
Por el contrario, muchas discusiones solían terminar así:
- ¿Qué tiene de malo pensar que no hay evidencia que respalde la existencia de Dios, por lo tanto, Dios no existe?
- ¿Cuál fue la primera religión que comenzó?
- ¿En qué punto una religión ya no debería estar protegida por la “libertad de religión” y, en su lugar, debería considerarse ilegal?
- ¿Qué es un cristiano fundamentalista?
- ¿Cuál es la forma correcta y tradicional de rezar el rosario católico romano?
Al escuchar esto, se quedaron en silencio y dijeron: “Nos gustaría pensar sobre nuestras creencias”.
Estas fueron discusiones reales donde el Profeta (s) les explicó la evidencia pero no los presionó ni por su autoridad ni con su espada. Tenían libertad para seguir preguntando y cuando se quedaron sin preguntas y se vieron obligados a reflexionar profundamente sobre los argumentos que escucharon, se fueron a pensar más en ello. Algunos de ellos se convirtieron, algunos pueden no haberlo hecho y no fueron perseguidos.
Puede encontrar algunas de esas discusiones resumidas en La Divina Sabiduría del Profeta Muhammad y estas han sido traducidas de al-‘Ihtijaj de Abu Ja’far al-Tabarsi, un erudito de la tradición chiíta dentro del Islam.