Dios es verdad y vida entre otras cosas.
Pero uno puede conocer la verdad solo si uno encuentra la mentira, puede conocer la luz solo si ha visto la oscuridad. Se trata de contraste.
Juan 10
27 Luego le dijo a Thomas: “Pon tu dedo aquí; mira mis manos. Extiende tu mano y ponla en mi costado. Deja de dudar y cree”.
Si quieres mostrarle a alguien la verdad, debes llevar la mentira a la luz.
Si desea ayudar a alguien a dejar de sufrir, debe dejar que “ponga los dedos en sus heridas”, o mejor dicho: demuestre que lo comprende y que puede ayudarlo a superar sus problemas similares a los suyos.
Digamos que eras alcohólico. El alcohol era tu verdad, no podías vivir sin él. Pero “no puedo vivir sin alcohol” es una mentira.
Ahora, decirle a alguien “el alcohol es malo y debes dejar de hacerlo” no es suficiente. A veces solo nuestra mala experiencia puede convertirnos.
Quiero decir, si no me pasa nada malo si me bebo al olvido todos los días, ¿por qué debería parar? Me estoy divirtiendo, ¿verdad?
Probablemente disfrutaste de tu forma de vida, aunque ahora te parece mal.
Recuerda lo que te sucedió, qué revelación tuviste que te abrió los ojos para detenerte, y luego trata de transferir esa energía a las personas que eran iguales a ti.
Tome su mano y diga: “Recorreré el camino contigo, compartiré tu dolor”.
Quién sabe, tal vez te conviertas en el mejor amigo para siempre.