No estoy seguro de que sea difícil para todos. Ciertamente es muy difícil para la mayoría. Seguir las enseñanzas de Jesús de Nazaret requiere no juzgar. Requiere el verdadero perdón de los enemigos y amar a tu prójimo. La razón por la que esto es difícil es porque requiere algo que pocos quieren hacer y aún menos saben cómo lograrlo.
Corregir tu mente para que no permitas que el pensamiento egoico, es decir, el condicionamiento inconsciente basado en el miedo, determine tus reacciones hacia los demás, significa desaprender creencias firmemente arraigadas que se han convertido en parte de tu personalidad. Hasta que estos pensamientos se curen, el ego filtrará sus percepciones para defenderse y hacer culpable a cualquiera que no esté de acuerdo con usted. Para la mayoría, se requiere un esfuerzo real, utilizando técnicas de meditación y atención plena, y un esfuerzo concertado para vivir sus valores más altos. Finalmente, el ego se debilita y podemos vernos a nosotros mismos y a los demás como parte del mismo todo. Solo entonces es posible el verdadero amor a los demás.