Si la vida fuera una simulación, ¿sería Dios el único jugador o el administrador de todos los jugadores?

Depende completamente de su concepción de dios (s).

Dios podría ser el nombre del agente que configura la simulación y comienza a ejecutarla (relojero ciego). Podría ser un jugador dentro de la simulación que tiene más poder de jugador que otros jugadores, pero en última instancia está limitado por los parámetros del juego (Zeus). Esto no tiene por qué ser una cuestión de “trampas”. Puede ser capaz de obligar a otros jugadores a actuar como quiera (intervencionismo) o puede ignorar la mayor parte de la actividad en la simulación pero tener una influencia local decisiva (Poseidón). Podría tener habilidades que afectan algunos parámetros de simulación pero no otros (dioses de la lluvia, la guerra, la fertilidad); no necesita ser todo o nada. O podría ser un administrador fuera de la simulación que controla un avatar dentro de él que puede afectar los cambios en el mundo simulado (Dios cristiano).

Creo que Dios sería el creador, el diseñador, el desarrollador del juego. La historia detrás de él es que él fue quien creó la vida. Por lo tanto, creó la simulación en la que vivimos. De esto, estoy bastante seguro de que sería exacto decir que somos los jugadores. Tomamos las decisiones que afectan esta simulación que Dios, hipotéticamente, ha creado.

Si la vida fuera una simulación, Dios sería el administrador asegurándose de que el final fuera infalible, de acuerdo con su plan previamente designado.

Dios, usando la ley de causa y efecto, es el director (la primera causa) de qué causa y efecto tienen lugar para cumplir Su propósito. Tenía que conocer el efecto de la creación, antes de crearlo, o no podía saber que su propósito para crearlo se cumpliría; lo cual sería un uso imprudente de su poder, y por lo tanto sería sin propósito.

Si el efecto de un evento o elección cambiara el resultado que estaba destinado a ser, Dios sería un gobernante poderoso y juzgaría que debemos obedecer y temer; no el Padre del universo, todo amoroso, todo poderoso y todo sabio. “De quién, por quién y para quién son todas las cosas” (Rom. 11:32).

¿Por qué imaginar?

Creo que todo lo que sucede a nuestro alrededor es solo una simulación. Está siendo gobernado por el Todopoderoso. Hace algunos cambios de código y pocas personas tienen una vida difícil y pocas obtienen una vida sin problemas. Él (Dios) sigue cambiando los códigos todo el tiempo y todo lo que nos rodea sigue cambiando.

Todos ya somos parte de esta gran simulación.